EVANGELIO
Si alguien se le cae en un pozo su burro o su buey, ¿no lo saca aunque sea sábado?
+ Del santo Evangelio según san Lucas: 14, 1-6
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Había allí, frente a él, un enfermo de hidropesía, y Jesús, dirigiéndose a los escribas y fariseos, les preguntó: “¿Está permitido curar en sábado o no?”.
Ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tocó con la mano al enfermo, lo curó y le dijo que se fuera. Y dirigiéndose a ellos les preguntó: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su burro o su buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?”. Y ellos no supieron qué contestarle.
PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Lucas: 14, 1-6)
«La misericordia de Dios es infinita, es para todos, no tiene límites ni fronteras, llega en el momento y hasta donde Dios quiera. La misericordia es la expresión del amor de la Santísima Trinidad por la humanidad, hecho obras, para que podamos perfeccionarnos y llegar a Dios. Para hacer la misericordia no existe ley. No hay verdadera caridad si está regida e impedida por una ley. La caridad no obliga, no limita, porque nunca daña, siempre beneficia. Debe de estar siempre en primer lugar antes que la eficacia. Es siempre lógica, nunca es irracional, porque proviene del amor, y el hombre ha sido creado libre para amar. Cristo ha venido a enseñarnos cómo es el verdadero amor, a través de la misericordia, liberando a los cautivos, sanando a los enfermos, perdonando a los pecadores. Él es el libertador, Él es el Salvador, Él es la salud, Él es el Redentor. Aprendamos de Él a vivir en fraternidad, amándonos unos a otros, haciendo el bien.
Recíbelo tú, acércate a la fuente de la gracia con humildad, reconociendo tus miserias y tu necesidad de su caridad. Pide misericordia y se te dará. Abre tu corazón para recibir y llevar, como instrumento de Dios, su gracia, a través de la caridad a los más necesitados de su misericordia. Cristo es el Maestro, y ha venido a enseñarte a vivir el amor, a amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, a través de las obras de caridad y de misericordia; a hacer el bien; a darle plenitud a la ley, que se rige por la caridad misma».