29/11/2024

Jn 8, 31-42

EVANGELIO

Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.

Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: “Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Ellos replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres”?”.

Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham: sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre”.

Ellos le respondieron: “Nuestro padre es Abraham”. Jesús les dijo: “Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre”. Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios”. 

Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me amarían a raí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él”.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Juan 8, 31-42)

«Cristo es la verdad. Él es la Palabra de Dios encarnada. El hombre que es fiel a la Palabra permanece en la verdad, y la verdad lo hace realmente libre. Y se nota en su alegría. No tiene miedo, no se preocupa, porque en Dios confía. Vive haciendo las obras del Padre, cumpliendo la ley del Hijo y sus mandamientos, amando a Dios por sobre todas las cosas, y a sus hermanos como Cristo los amó, con amor de Dios, que es el amor con el que el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre, y que es infundido en su corazón por el Espíritu Santo.

El que vive en la verdad ama con libertad, con verdadero amor. El amor verdadero es libre, no se impone, se dona libremente, y con libertad se recibe.

El que conoce la verdad y vive en la verdad no comete pecado, porque vive en libertad, y el pecador vive atado al mundo, en medio de las tinieblas, porque rechaza la luz.

El que vive en la verdad vive a la luz del Evangelio. 

Cree tú en el Evangelio. Vive de acuerdo a sus enseñanzas, con fidelidad, como verdadero discípulo de Cristo. Permanece en la verdad, rechazando las mentiras y los engaños, comportándote como verdadero hijo, haciendo las obras del Padre, amando a Cristo, siguiendo a Cristo, sirviendo a Cristo, recibiendo la misericordia del Padre a través de los sacramentos que brotan de la cruz, para que recibas la gracia de la verdadera felicidad que proviene de la libertad del que vive en la plenitud de la verdad».