29/11/2024

Jn 10, 11-16

EVANGELIO

El buen pastor da la vida por sus ovejas.

+ Del santo Evangelio según san Juan: 10, 11-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

PREGONES (Reflexión del santo Evangelio según san Juan: 11-16)

«Los hombres que se alejan de Dios caminan perdidos en el mundo como ovejas sin pastor, y son perseguidos y dispersados por otros que son como lobos, que viven en la maldad y la mentira, provocando guerra y muerte. 

Jesús es el Buen Pastor. Sus ovejas escuchan su voz y lo siguen, porque lo conocen. 

Él las protege, las mantiene seguras en un sólo rebaño, las alimenta y les da paz. 

Él ha dado la vida por cada uno de nosotros, porque Él ha querido, nadie se la quitó, 

Él la dio para tomarla de nuevo.

Resucitó de entre los muertos para darle vida a sus ovejas.

Y a todo aquel que lo conoce, lo envía a evangelizar, con la Palabra y con el ejemplo, para que lo conozcan todas las naciones y así reunirlas en un solo rebaño y un solo Pastor.

Escucha tú la voz del Buen Pastor y reconócelo en cada sacerdote.

Acércate y déjate alimentar de la Eucaristía, para que te mantengas unido en su rebaño, que es la Santa Iglesia.

No tengas miedo de los lobos que te acechan.

Permanece atento a la voz del Buen Pastor, que te conoce, te llama y te habla al corazón con el lenguaje del amor.

Él siempre está contigo y te conduce a verdes prados y a fuentes tranquilas, para reparar tus fuerzas y lo sigas, para conducirte al Paraíso. 

Camina con Él en medio del mundo, y habla de Él para que otros también lo conozcan y lo sigan.

Él es tu Pastor, tu dueño, tu Señor, tu Salvador, y no te dejará ni te abandonará, te llevará en sus brazos cuando no puedas caminar, te cuidará, te sanará y te dará la vida eterna».

 

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