29/11/2024

Jn 15, 18-21

EVANGELIO

Ustedes no son del mundo, pues, al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Del santo Evangelio según san Juan: 15, 18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió”. 

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Juan 15, 18-21)

«El hombre que es del mundo no es de Dios. El que es del mundo se ama a sí mismo, ama las cosas del mundo y desprecia las cosas de Dios. Tiene el corazón frío, porque no ha aceptado la redención. Vive en la oscuridad, porque ha rechazado la luz. Vive encadenado al mundo, y no es digno de entrar en el Reino de los cielos, porque no ha creído en el Hijo de Dios.

El hombre que dice amar a Dios, pero busca complacer a los hombres del mundo para no ser perseguido, y no cumple la ley de Dios, tiene el corazón tibio y no es digno de llamarse hijo de Dios. Necesita conversión.

El hombre que es fiel, permanece en el amor de Dios, persevera en el cumplimiento de sus mandamientos, y soporta todo por amor. Tiene un corazón ardiente, se alegra, aunque sea criticado, juzgado, calumniado, maltratado, perseguido por su causa, porque sabe que los justos verán a Dios.

Agradece tú haber sido elegido para ser hijo de Dios. Permanece fiel a pesar de las circunstancias, de los ambientes adversos, de lo que diga la gente, y cumple el primer mandamiento de la ley, amando a Dios por sobre todas las cosas, obedeciendo primero a Dios antes que a los hombres, llevando al mundo la alegría de servir a Cristo, sin importarte que digan de ti que te has vuelto loco porque has renunciado al mundo para ser de Cristo, y te juzguen porque te has enamorado de Dios.

Tómate de la mano de María, tu Madre del cielo, y acepta su compañía, para que camines seguro en medio del mundo, porque tu Dios es misericordioso y te levantará y ayudará para que no vuelvas a caer. Pero es un Dios celoso, que no te compartirá con el mundo, te quiere sólo para Él».