Mt 5, 17-37
Mt 5, 17-37
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EVANGELIO

El que cumpla y enseñe mis mandamientos, será grande en el Reino de los cielos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-19  

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.

Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19)

«La Palabra de Dios está viva y es eficaz. Jesucristo es el Verbo encarnado, la Palabra de Dios que a la humanidad se ha revelado y se ha anunciado por boca de su propio Hijo hecho hombre, por quien se han creado y renovado todas las cosas. 

Todo el que crea en Él debe creer también en las Escrituras, vivir el Evangelio, y cumplir sus mandamientos, porque Él no ha venido a abolir la ley, sino a darle plenitud en el amor, y a enseñarnos sus preceptos, para que nosotros los enseñemos a nuestros hijos, de generación en generación, porque cielos y tierra pasarán, pero su palabra no pasará. 

Todo aquel que cumple la ley de Dios obra con justicia y con caridad. Eso es lo que Jesús nos vino a enseñar dando plenitud a la ley en un nuevo mandamiento: “Amarás al Señor, tu Dios, por sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”. En esto se resume toda la ley y los profetas.

Una sola es la ley de Dios para todos, para justos y pecadores, para sanos y enfermos, para niños, jóvenes y adultos, para ricos y pobres, para laicos, religiosos y sacerdotes: la ley del amor.

Cumple tú los mandamientos de la ley de Dios que has aprendido en el catecismo, los mismos que Moisés recibió en el monte Sinaí.

Pero vívelos como Cristo te enseñó, para que alcances la plenitud del amor, ayudado por la gracia de los sacramentos, y enséñalos con la palabra y con el ejemplo, con la seguridad de que serás grande en el Reino de los cielos, porque así está escrito, es palabra de Dios, y también está escrito que la palabra de Dios es la ley, y se cumplirá hasta la última letra. 

Confía en que Jesús siempre cumple sus promesas. Él ha venido a mostrarte el camino, para que seas santo y glorifiques al Señor.

Aprende de María. Ella es camino de perfección, Maestra de virtud y del perfecto cumplimiento de la ley de Dios, que en Cristo ha alcanzado la plenitud del amor».