Mt 11, 16-19
Mt 11, 16-19
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EVANGELIO

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.

Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 16-19  

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: ‘Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado’.

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: ‘Tiene un demonio’. Viene el Hijo del hombre, y dicen: ‘Ése es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente de mal vivir’. Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras”.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19)

«Quien tiene la sabiduría de Dios lo reconoce y se abandona en Él con confianza, obedece sus mandamientos, y lucha por ser un instrumento dócil, para que Él haga sus obras.

El sabio vive alegre sirviendo a Dios, a pesar de las dificultades, manteniendo el buen humor y el entusiasmo, sin detenerse, porque reconoce que Dios está en él y obra en él.

El que se ve contento sirviendo a Dios, a pesar de que haya muchas dificultades, o que esté pasando en medio de una prueba difícil, pero mantiene el buen humor, mantiene el entusiasmo siendo positivo, y con optimismo sigue sirviendo sin detenerse. Ése es el sabio. Ése es el que reconoce que Dios está en él y obra en él.

Obra tú con amor. Ésa es la esencia de la sabiduría, porque el que tiene amor puede soportarlo todo, y seguir adelante a pesar de las circunstancias.

Hay un tiempo para cada cosa. Pero no pierdas el tiempo. No te preocupes de qué digan de ti los demás, porque sería una manera muy egoísta de pensar, y es perder tiempo. Ocúpate en servirlos, obrando en congruencia con tu fe.

Muestra tu sabiduría transformando todo en oración, orientando tus pensamientos, palabras, oraciones y acciones hacia Dios, con la alegría de saber que vives en Cristo y que Cristo vive en ti, y debe manifestarse también en medio del sufrimiento, de la compasión por los demás, y de las pruebas.

Llevar la cruz de cada día con alegría es transformar todos tus sufrimientos en alegría a través de la sabiduría».