Mt 12, 46-50
Mt 12, 46-50
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EVANGELIO

Señalando a sus discípulos, dijo: Éstos son mi madre y mis hermanos.

+ Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 46-50

En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: “Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”.

Pero él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

PREGONES (Reflexión del Santo Evangelio según san Mateo 12, 46-50)

«La voluntad de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. Por tanto, el que hace la voluntad de Dios lucha por alcanzar la santidad, busca a Cristo, encuentra a Cristo, conoce a Cristo.

Él es la verdad. Jesús honra a sus discípulos, a aquellos que lo escuchan y lo siguen, extendiéndoles la invitación de pertenecer a su familia, de ser considerados su madre y sus hermanos si hacen la voluntad de Dios, para vivir en el cielo como los ángeles, no con relaciones humanas preferentes, sino compartiendo todos la misma gloria de Dios.

El Señor invita y compromete a ser parte de la gran familia de Dios, poniendo la condición de someterse a la voluntad de su Padre tal y como lo hacen su Madre y sus hermanos, porque no todo el que dice “Señor, Señor” entrará en el Reino de los cielos, sino aquel que hace la voluntad del Padre que está en el cielo, y tendrá los privilegios que Cristo le ha dado a su Madre y a sus hermanos.

Permanece tú en el seno de la Santa Madre Iglesia, aceptando la invitación de Jesús a ser parte de su familia, a la que perteneces desde que fuiste bautizado.

Siéntete honrado de ser considerado por el Hijo de Dios en tan alta estima, como su Madre y sus hermanos, y que eres hijo de Dios.

Agradece haber sido elegido como heredero del Reino de los cielos.

Cumple la voluntad de Dios haciendo lo que Él te diga, porque es así como permaneces en su amor, para ser considerado miembro predilecto de la gran familia de Dios.

El amor de Cristo por ti es infinito, como infinito es su amor por su Madre y por sus hermanos.

La voluntad de Dios es que lo des a conocer a todos los hombres, para que crean en Él y se salven. Háblales de Él y de su amor por ti, para que todo aquel que te escuche reciba la invitación de abrir su corazón para que reciba su amor».