Mc 4, 35-41 - SENTIR SEGURIDAD
«Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?”. Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!”. Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma» (Mc 4, 38-39).
Cor Ardens, 05/09/2024
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Mc 4, 26-34 - COLABORAR EN EL REINO DE DIOS
«El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas» (Mc 4, 26-28).
Mc 3, 22-30 - AMAR Y FOMENTAR LA UNIDAD
«Si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin» (Mc 3, 24-26).
Mc 3, 20-21 - LA LOCURA DEL DIVINO AMOR
«Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco» (Mc 3, 20-21).
Mc 3, 7-12 - PERMANECER EN LA BARCA
PERMANECER EN LA BARCA
Mc 3, 1-6 - HACER LA CARIDAD SIEMPRE
«Jesús les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana» (Mc 3, 4-5).